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El autor.















23 febrero, 2010

—Cacería de pingüinos— Cap. 5 –

—Cazadores de pingüinos—

En la tarde, cerca de la hora de salida de los estudiantes, dos jóvenes de unos veinte y dieciocho años, respectivamente conversan cerca del liceo. Visten jean ajustados y poleras deportivas. Uno de ellos, el mayor, se arregla el cabello largo y descuidado dentro de un gorro deportivo. El menor, moreno y de pelo corto, casi al rape, sorbetea de la nariz, con sus manos en los bolsillos, lo que le hace levantar ligeramente sus hombros, mientras mira hacia la salida del colegio.

—¿Cuántos te dejo, "cabezón"?

—Déjame diez no más. En este colegio no hay muchos pingüinos "enganchados".

—Oye, ¿Y el cabrito que te vendía adentro? ¿Le vai' a pasar algunos?

—¿Tai' mas gil'?. Ese loco es 'agrandao' el loco. Quiere ser revendedor, y apenas le alcanza pa' "piloto". Too' por que una vez lo usamos pa' acarrear "monos" pa' una entrega a un gallo bancario, se las anda "mandando" con los otros pingüinos. Y capaz que nos venda, el loco. A ese lo "aprietan" un poco y se las "canta" toas', y sin acompañamiento, el loco. Les dijo a toos', que le digan "Pilo". Cacha' que es atontorronao' el loco.

—¿Y pa' qué le pasaste entonces, pu'?

—El loco del "pulga" me lo recomendó. Y yo mas 'sogan' agarré ‘papa'. Pero cuando el "pulga" me dijo que andaba "hociconeando" grandezas, lo "chanté" en primera al loco. Ahora ni al "pulga" le paso, por gil.

—Oye, pero aquí tenís' muy pocos pingüinos, pu' "cabezón". El "agazapao' " me está apretando a mí, pu' loco. Tenís' que ponerle más pino, pu' "cabezón". Acuérdate que ya llevai' casi un año "trabajándote" este liceo.

—Chis, tranquilo, loco. No me vengai' a poner la "máquina", pu' "tijera". Vo' sabís' que en este liceo hay un director re' jodio'. Le revisa hasta los bolsos a los pingüinos...

—¿Y cómo el "Rancio"? Ese compadre tiene cazaos' como a 50 pingüinos, en el liceo de su población.

—Chis' pero no me vai' a venir a comparar con el "Rancio", pu' paleteao'. El loco lleva como dos años "trabajándose" esa escuela. Además en ese liceo hay como dos profes que le hacen a los "monos", pu', compadre. Con esa ayuda, chis' hasta quién.

—Na' que veeer, "cabezón" –dice el grandote, mojándose los dedos con los labios y dando una palmada en la cabeza a su compañero–. Tai' más chalao'... ¿Vo' creís' que los profes van a andar haciéndole propaganda al "Rancio"? ¿Creís' que los "fespro" van a arriesgar a que los metan a la 'cana' por ayudar al "Rancio"?. Si no son giles, pu' loco. Aónde' la viste.

—"Güeno", "güeno". Será como vos' decí', pu' loco. Pero yo prefiero trabajar solo. A no ser que encuentre un pingüino "agallao'" y que sepa morir en la rueda.

—Ese es tú problema, "cabezón". Si el "agazapao'" te saca de la ruta, vai' a tener que conformarte repartiendo "pastillas" a los cabros de Kinder, loco.

—Vo' sabís' que no, pu' loco. Eso queda pa' tu hermana, loco. Mijita rica...Yo le comería todas sus "pastillas".

—¿Qué te pasa con mi hermana., loco? ¿Qué te pasa con mi hermana? –responde el grandote, sacándose el gorro y golpeando con él a su compañero, quien se mata de la risa.

En esos momentos se abre la puerta del liceo y los estudiantes comienzan a salir. El "tijera" se despide del "cabezón", y se sube a un taxibús. El "cabezón" se acerca disimuladamente a los estudiantes, fingiendo esperar la locomoción...

—Oye, cabrito. ¿Tenís' un cigarro que me convidís'? –dice, eligiendo a una "víctima".

—Claro, compadre –responde el incauto–. Espérate un poco...

—Gracias, compadre. Te pasaaste. Mira... yo ando trayendo "monos". ¿Querís' uno? Toma... te lo regalo. Mañana voy a traer más...

El jovenzuelo, entre risas nerviosas, recibe disimuladamente el cigarrillo con cocaína, ante la curiosidad de sus compañeros.

—¿Cómo te llamai', compadre?

—"Ernesto".

—Ah... ¿Y de qué curso son ustedes?

—Del primero "A" –contestan.

—Oye, Ernesto, ¿sabís si salió el tercero "B"?

—Sí, si salieron... Mira, ese lote de allá son de ese curso.

—¿Conocí' al Antonio Trujillo?

—Pa' na', compadre.

—Ah, está bien. Mañana nos vemos, chao.

El "cabezón", hábil embaucador, se conforma con "cazar" "pingüinos" "de a uno", como dice él, para no llamar mucho la atención. "Es de profesionales" dice. Su experta mirada recorre los rostros de los alumnos, tratando de ubicar a sus "clientes". De pronto reconoce a uno de sus "enganchados".

—Hola, compadre?, ¿cómo estai'?

—Hola, amigo... ¿trajiste...?

—¡Tranquilo, socio! ¿Aónde' vai' tan desesperao', loco?. Correspoonde, pu' socio. ¿No te dije que hoy día iba a traer?. Toma...

—Aquí tení... –El jovenzuelo le entrega disimuladamente un billete de mil pesos.

—Oye, Trujillo. Te aviso que ahora te van a costar "dos lucas".

—Chis, ¿ Y porqué? ¿No cuestan luca?.

—Sí, pero vo' soi' "angustiao'", pu' loco. Y a los "angustiaos'" les cuesta "dos lucas".

—Putas' que soy paleteao, locoo –protesta el jovenzuelo.

—Así están las cosas, pu' "pingüino". Si te gusta bien. Si no, búscate otro que te "calme", loco.

—Chis', ¿Y dónde voy a encontrar a otro que me traiga...? –pregunta el "angustiado" muchacho.

—Ese es tú problema, cabrito. La cuestión es que si querís' más, salta con las dos luquitas no más, loco.

El "cabezón" sabe dar los golpes como todo un "profesional". Sabe muy bien que el "angustiado", para evitar pagar más, buscará a otro "gil" para que le compre la droga, y así podrá aumentar su "cacería". Al final, en el negocio nunca se pierde. Es cuestión de saber mover la "mercadería". Por último, si pierde algo, se recupera, agregando "raspao' de muralla" o un poco de tiza a los "monos". Total los "angustiados" ni lo notan. – «Tienen la "ñata" más 'entumía' que una momia » – dice.

Después de entregar su "mercadería" a varios estudiantes, se dirige a un sector de la reja del liceo que da a la parte trasera del establecimiento. Detrás de unos escombros que dificultan la visibilidad desde el grupo de estudiantes que esperan locomoción, lo esperan el "pulga" y Ricardo.

—Puchas, creí que ya no venías, "cabezón" –dice el "pulga".

—¿Que no viste que estaba "trabajando" a la salida del liceo, loco?.. –responde el "cabezón", mirando con desconfianza a Ricardo–. Oye, ¿no me ibai' a esperar sólo, loco?.

—Es que el "Pilo" quiere dos “monos”, loco. Y me va a convidar uno a mí. ¿Cierto loco?

—Ah... ¿Que no estabai' chantao' loco? –dice el "cabezón, en tono burlón–. El "pulento" se las mandaba, diciendo que él no estaba "enganchao'". Que el día que quisiera se "chantaba", ja, ja, ja. Estai´ jodio' "pulga". Le voy a contar al "tijera" pa' que te suba los "monos", loco.

—Te fuiste al cerdo, "cabezón" ¿ah?. Sabís' que no pu', loco. –dice el "pulga", adoptando postura de matón agrandado–. Pregúntale al "Pilo"... Hace como tres semanas que estoy "chantao", loco. –Ricardo confirma las palabras del jovenzuelo, imitando su postura de gran importancia.

—Chis' la media "yunta" que te buscaste pa´ que te apoye, loco... Cual de los dos mas payasos, los locos –dice en tono despectivo, el "cabezón"–. Pasa las dos "lucas" será mejor, ridículo.

Los jovenzuelos intercambian sus dos mil pesos, por sendos cigarrillos de cocaína con el "cabezón".

—Oye, "cabezón" –pregunta Ricardo–. ¿Sabís' si el "tijera" tiene algún otro "trabajito" pa´mí? Sabís' que necesito plata, socio.

—No sé, "pingüino". Tenís' que preguntarle a él –responde fríamente–. Aunque no creo que te usen a vo'. Te hai' puesto muy "hociconeta", loco.

—¿ Cuaaando, socio?

—No sé pu, loco.–responde el "cabezón"–. Pero he sabido por ahí, que cuando "piloteaste" la última vez, se te "rajó" el "tollo" "quebrándote" con los otros "pingüinos", loco. Eso no se hace, pu'... –dice el delincuente, adornando su comentario con un florido vocabulario de la "mala lengua".

El "pulga" se guarda de hacer ningún comentario al tema, para no quedar en evidencia de que fue él, el informante del "cabezón". "Lealtad obliga", piensa. Y Ricardo no se atreve a contradecir, al muchachón. El "pulga" ya lo ha alertado, que con los "drogos", es mejor irse con cuidado.

—Oye, "pingüino", ¿Me dejai' un rato sólo, con el "pulga"? –dice el "cabezón" a Ricardo, sin esperar su consentimiento, claro.

—Yo ya me voy, socio –responde Ricardo–. Así es que pueden "chacharear" tranquilos...Chao, "pulga".

El joven cruza apresuradamente la calle para tomar un taxibús. Un automóvil estuvo a punto de golpearlo, al pasar por el frente sin que el chofer se percatara. Los gestos del conductor llamándole la atención hacen presumir que le ha recordado a gran parte de su "familia".

—Cacha' el loco "chueco", se llevó los dos "monos" –dice el "pulga", desencantado.

El "pulga" y el "cabezón" se encaminan en dirección contraria a la de Ricardo, caminando lentamente.

—Oye, "pulga". "Chanta la moto" con este pingüino, loco. ¿No vis' que los locos "hociconetas" como éste, son re' peligrosos?. Los tontos se creen "pulentos" y empiezan a "rajar el tollo", y por ahí nos joden a nosotros...

—Si, pero...

—Oye, na' de "pero", compadre. O te "chantai" con el loco, o te virai' del lote. Vo' decidí', loco. Yo no quiero tener dramas con el "tijera", loco. Y menos con el "agazapao'". Vo' sabís' que esos gallos te entierran la "punta", y después te preguntan que pasó, loco.

—Está bien, "cabezón". Lo voy a "virar"...

—No lo virís' de toas', loco. Manténtetelo' bien "enganchao" al loco. Pásale sus "pitos", y naa' más, ¿cachai?. Cacha' que si el gil abre el 'tollo', nos vamos toos' pa' la "capacha", loco. Y a vo' te viran del liceo y te meten a la "naca", loco. ¿Te gustaría? ¿ah?. Mira que en la "cana", a los rubiecitos como vo', le hacen "chupete" los "drogos" de adentro, loco. Y yo voy a ser el primero de la fila, loco, ja, ja, ja –dice riendo el delincuente, acariciando los glúteos del "pulga", mostrando sus bajas inclinaciones.

—¿Aónde' la viste, loco. –reacciona ofendido el jovenzuelo, al ponerse en tela de juicio su virilidad.

—Entonces pu' loco. No metai' al "hociconeta" en el cuento. ¿Estamos?

—Oye, ¿ Y cuándo me van a pagar el "trabajo" de la semana pasada, loco?

—¿Le contaste algo de eso al "hociconeta"?

—No, pu' loco. Si vo' mismo me dijiste que muriera en la rueda. El "Pilo" no sabe nada.

—Estai' aprendiendo, loco. –dice el "cabezón", dando unos golpecitos en la mejilla del joven–. Date vuelta, te voi' a meter las cinco lucas en el bolsillo de atrás. ¡Disimula, pu' "atontorronao"!...

—Después de introducir el billete en el bolsillo del joven, en forma disimulada, y de volver a acariciar los glúteos del muchacho, el "cabezón" se envuelve en una fingida lucha de manoteos con el "pulga".

—Oye, "pulga". Me dijeron que vai' a hacer una fiesta en tu casa ¿ Es verdad, loco?

—Sí, pero era una fiesta del curso. Al final se han echado pa'trás la mayoría de los cabros del curso.

—¿Y por qué no invitai' a algunas "minas" del barrio, loco? . Si me invitai' a mí, yo llevo a la "Sofi" y a la "Vero". El "tijera" puede ir con su hermana.

—Pero no sé si van a querer los cabros del curso...

—Y pa´qué les vai' a decir, pu' loco. Les decí' que soy tu primo, y que el "tijera" es tu hermano mayor, y listoco el pastel, loco. ¡Oye!, en este mismo liceo hay una cabrita de primero, que me deja "monos" casi todos los días. Yo la voy a invitar pa' que vaya.

—Pero va a faltar plata. Con los cabros que se anotaron, no alcanza...

—¿Te alcanza con diez lucas, loco?

—¿Y tenís, diez lucas, vo', loco?

—La preguntita que hací', "asopao"... ¿ Y pa' qué creís' que "trabajo", loco?.

—Sí, pero el "tijera", ¿irá a querer?

—Chis', ese donde hay "copete" y "piernas", llega una hora adelantao' el loco, ja, ja, ja. Además esa plata es como una inversión, loco. ¿No vis' que podimos' hacer negocio?

—Oye, pero no te podí' poner a ofrecer "monos" a los cabros del curso, pu desatinao'. ¿Querís' que me expulsen, loco?

—Tranquilo, loco. Mira,... con que te venda uno a vo', otro al "hociconeta", y otro a la cabra chica del primero medio, ya recupero un resto. Y si algún otro "pingüino" quiere comprar otro, me lo pasai' pa' la pieza y listo, pu' loco ¿Cuál es el problema, "asopao'"?

—Bueno. Yo te aviso, "cabezón", por que depende de que mi vieja se vaya con mi hermano chico a ver a mi abuela a Ovalle, y me quedaría sólo el fin de semana, compadre.

—Una última cosa, "pulga". Pa´fin de mes, hay que hacer una entrega de unos papelillos a unos bancarios y un doctor. Hay que ir a dejárselos a la oficina donde trabajan los locos. El "tijera" quiere que vayai' vo'. Son como sesenta lucas que tienen que pasarte. Tenís' que ir de uniforme, loco, como la última vez.

—¿Al mismo loco de la vez pasada?

—Sí, pero también a otros "angustiaos'" de otro banco. Además hay que llevarle a un doctor de una clínica, en el último piso. Ese loco tiene que pasarte treinta lucas.

—¿Y cuánto me toca a mí?

—Cinco lucas, pu' loco. Lo de siempre.

—Chis' pero ahora es más responsabilidad, pu' loco. Tenís' que pasarme un "resto" más.

—Bueno, de ahí "veímos". "Chabela" loco.

—¡Oye, oye! ¡Cabezón!... –le llama antes que el delincuente se aleje–. ¿Cuándo me van a pasar mas “pitos” pa’ colocar en el liceo?

—Ah, eso... El “tijera” dice que esperí’ un poco. Parece que quiere ver si primero virai’ al “hociconeta”, loco.

El "cabezón" se mete a un negocio de arriendo de videos, mientras el "pulga" sigue su camino hasta su casa. Tendrá que contarle a su mamá, la buena noticia que le salió otro "encerado" para fin de mes.

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